sábado, 28 de noviembre de 2009

Hasta siempre.




“Querido,

me siento segura de estar nuevamente enloqueciendo. Creo que no podemos atravesar otro de estos terribles períodos. No voy a reponerme esta vez. He empezado a oír voces y no me puedo concentrar. Por lo tanto, estoy haciendo lo que me parece mejor hacer. Tú me has dado la mayor felicidad posible. Has sido en todas las formas todo lo que alguien puede ser. No creo que dos personas hayan sido más felices hasta que apareció esta terrible enfermedad. No puedo luchar por más tiempo. Sé que estoy estropeando tu vida, que sin mí podrías trabajar. Y lo harás, lo sé. Te das cuenta, ni siquiera puedo escribir esto correctamente. No puedo leer. Cuanto te quiero decir es que te debo toda la felicidad en mi vida. Has sido totalmente paciente conmigo e increíblemente bondadoso. Quiero decirte que todo el mundo lo sabe. Si alguien podía salvarme, hubieras sido tú. Nada queda en mí salvo la certidumbre de tu bondad. No puedo seguir destruyendo tu vida por más tiempo.

No creo que dos personas pudieran haber sido más felices de lo que nosotros hemos sido." 





Virginia Woolf  (Carta de la escritora a su marido antes de suicidarse)

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Quiero...



 


Quiero que me oigas, sin juzgarme.
Quiero que opines, sin aconsejarme.
Quiero que confí­es en mi, sin exigirme.
Quiero que me ayudes, sin intentar decidir por mi.
Quiero que me cuides, sin anularme.
Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mi.
Quiero que me abraces, sin asfixiarme.
Quiero que me animes, sin empujarme.
Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mi.
Quiero que me protejas, sin mentiras.
Quiero que te acerques, sin invadirme.
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten,
que las aceptes y no pretendas cambiarlas.
Quiero que sepas, que hoy,
hoy puedes contar conmigo, sin condiciones.


Jorge Bucay

lunes, 23 de noviembre de 2009

La semilla.



...Y veo en mis entrañas
el germen de un árbol magnífico,
el árbol de mi propia vida
en proceso de desarrollo.

domingo, 22 de noviembre de 2009

El paraíso imperfecto.





Es cierto, dijo melancólicamente el hombre, sin quitar la vista de las llamas que ardían en la chimenea aquella noche de invierno; en el paraíso hay amigos, música, algunos libros...
Los único malo de ir al
cielo es que desde allí el cielo no se ve.